Consejo de la UE | 10.10.2020
Hoy, Día Mundial y Europeo contra la Pena de Muerte, la Unión Europea y el Consejo de Europa reiteran su oposición al uso de la pena capital en cualquier circunstancia y piden la abolición universal de la pena de muerte.
Celebramos que el uso de la pena de muerte continúe disminuyendo, lo que confirma la tendencia general hacia la abolición universal. En 2019, por segundo año consecutivo, solo se llevaron a cabo ejecuciones en 20 países de todo el mundo. Se trata de un mínimo histórico, pero, no obstante, 20 países siguen siendo veinte de más. Por lo tanto, aprovechamos esta ocasión para pedir a todos los miembros de las Naciones Unidas que apoyen la Resolución sobre una moratoria del uso de la pena de muerte en el 75.º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que tendrá lugar en diciembre de 2020.
La Coalición Mundial contra la Pena de Muerte ha dedicado este año al derecho a una representación legal efectiva. La violación de este derecho fundamental afecta de manera desproporcionada a los miembros más vulnerables de la sociedad, que no pueden permitirse contratar abogados experimentados o que pueden no estar familiarizados con el sistema judicial. Es esencial que los sistemas judiciales proporcionen recursos para preparar una defensa eficaz, incluidos servicios de traducción e interpretación precisos en caso necesario.
Los autores de delitos deben ser considerados responsables y castigados. Sin embargo, la experiencia de los países abolicionistas ha demostrado que la pena de muerte no disuade de los delitos violentos ni contribuye a una sociedad más segura. Por el contrario, infligir la muerte como castigo perpetúa un ciclo de violencia sin sentido.
Instamos a los Estados miembros del Consejo de Europa que aún no se han adherido a los Protocolos pertinentes del Convenio Europeo de Derechos Humanos y al Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos destinado a abolir la pena de muerte a que lo hagan sin demora. El Consejo de Europa y la UE instan una vez más a Bielorrusia, el único país europeo que aún lleva a cabo ejecuciones, a abolir la pena de muerte y a adherirse a la gran mayoría de naciones que han abandonado definitivamente esta práctica cruel e inhumana. También instamos a los Estados observadores del Consejo de Europa que aún no han abolido la pena de muerte a que promuevan un debate abierto sobre las trabas que impiden su avance hacia la abolición.
Esperamos la adopción por el Comité de Ministros del Consejo de Europa de la Recomendación sobre el comercio de productos utilizados para infligir tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, incluida la pena de muerte. También animamos a todos los países a que se adhieran a la Alianza para el Comercio sin Tortura, un ejemplo destacado de cooperación mundial contra la tortura y la pena de muerte, y a que redoblen esfuerzos para establecer normas internacionales comunes sobre el comercio sin tortura.