06/11/2017 | La Vanguardia
La Unión Europea aspira a algo más que a cumplir sus compromisos con el Acuerdo de París: quiere acompañar a los demás actores globales en la construcción de un futuro próspero compatible con la seguridad climática y a liderar la acción política para conseguirlo. Para ser creíble necesita ofrecer credenciales adecuadas lo que, en términos prácticos, implica un proceso convincente de descarbonización de la economía europea y una oferta seria de solidaridad y acompañamiento internacionales. Y aquí empieza la dificultad.