22/11/2017 | El País
Desde la Unión Europea se es consciente de la carencia de beneficios sociales que tienen los autónomos frente a los trabajadores asalariados en todo el continente. Para acabar con un problema congénito de muchos países europeos, donde según los datos aportados por Bruselas el 40% de la población activa en 2016 estaba catalogada como autónoma o con otros puestos ‘no convencionales’, se ha lanzado una segunda ronda de consultas con sindicatos y organizaciones de empresarios que pretende consultar cómo mejorar el acceso a protección social para todos los trabajadores.