22/05/2018 | El País
Europa lleva años mirando con recelo el poder de la tecnología —y de las decisiones políticas que esta propicia— en Estados Unidos. El espionaje masivo que orquestó la agencia de seguridad estadounidense (la NSA) a ciudadanos y empresas, desvelado en 2013, alertó de lo expuestos que estaban los dirigentes europeos al micrófono norteamericano. Pero la evidencia de que una herramienta tan cotidiana como la red social Facebook puede determinar el rumbo político del mundo ha elevado el nivel de alarma. A un año justo de las próximas elecciones europeas, la UE muestra inquietud ante posibles injerencias exteriores. A las autoridades no solo les preocupan los ciberataques; también la incidencia que pueda tener la desinformación en el voto de los ciudadanos.